Foto: Prensa FCV
Leonardo Salazar, director del programa de Corazón artificial de la Fundación Cardiovascular, explicó que “la paciente tuvo hace unos años cáncer en un pulmón, le hicieron un tratamiento con quimioterapia y radioterapia. Hay un tipo de quimioterapia que daña el corazón, y a ella el corazón se le dilató, comenzó a funcionar muy mal”.
El especialista dijo que “debido a que la paciente tenía síntomas de falla cardíaca severa, le evaluaron para la posibilidad de hacerle un trasplante, pero tenía varias cosas que hacían muy arriesgado ese procedimiento. La opción menos arriesgada era ponerle un corazón artificial, en los pacientes que han tenido cáncer es una alternativa para reemplazar el corazón sin el riesgo de que aparezca metástasis”.
Por su parte, Marelvys Gómez, auditora médica de Coomeva, eps que atendió a la menor, explicó que este procedimiento tuvo un valor cercano a los 900 millones de pesos debido a la complejidad de la operación.
Gómez explicó que Coomeva no tenía convenio con la clínica que realizó el procedimiento, y que por ende fue necesario hacer un adelanto del costo para que pudieran practicar la cirugía de la que dependía la vida de la pequeña.
En el mundo no se había hecho todavía un implante de un corazón artificial en u niño que tuviera solamente un pulmón.
El especialista Salazar destacó que “en el mundo no se había hecho todavía un implante de un corazón artificial en un niño que tuviera solamente un pulmón, eso se había hecho solamente en un adulto hace como 4 años, se hizo asumiendo un riesgo grande pero era la única opción que tenía Lucía de sobrevivir”.
Los especialistas que atendieron el caso manifestaron que fue una operación compleja que tuvo un posoperatorio difícil, pues el corazón artificial viene para un adulto, y para acomodarlo dentro del cuerpo de la pequeña hubo que desprender parte del músculo que moviliza el único pulmón que le queda.
El cardiólogo Salazar explicó que “un corazón artificial es como una turbina de un avión miniaturizada, que es del tamaño de un pocillo de café, y esa turbina se coloca dentro del corazón, y en vez de ser él quien bombee la sangre, ahora es la turbina la que saca la sangre del corazón enviándola a las arterias por un tubo diferente, de tal forma que el corazón queda en modo de reposo”.
Esta turbina tiene un cable que sale por la piel y que va a un computador miniaturizado que se encarga de controlar el corazón artificial, este aparato está hecho con alta tecnología y para durar cerca de 30 años.
El primer corazón artificial que se implantó fue hace 14 años en Estados Unidos, y en el mundo existen solamente tres modelos.
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